Reflexiones y pensamientos que me van surgiendo como alumna y profesora en un intento por aprender chino
miércoles, 2 de mayo de 2012
"No hay lógica. Solo hay que memorizar"
De momento, y dado que todavía no he encontrando una buena explicación, me estoy dedicando a crear mi propio mapa conceptual con los clasificadores que voy aprendiendo y los sustantivos con que observo que se colocan.
jueves, 29 de marzo de 2012
Las estratégias, básicas en el aprendizaje de una lengua
Hànyǔ Shuǐpíng Kǎoshì
Cuando comencé a estudiar chino en octubre, no lo hice en absoluto pensando en la certificación. De hecho, quería huir de ella. Estoy cansada de estudiar para conseguir un título más. Lo quería por placer, por aprender algo diferente, por experimentar,... Además, creo que el chino es, precisamente, una de esas lenguas con las que uno se puede obsesionar como mis alumnos hacen con el español. Que quieren aprenderlo en un año, haciendo cursos intensivos y extensivos a montones, sin parar.
Sin embargo, pasados los meses, los chinos y su estrategia han conseguido captarme J. Casi sin darme cuenta, me he visto inscrita en el Hànyŭ Shuĭpíng Kăoshì (HSK) nivel 1, que realizaré el próximo 21 de julio. Mi profesora ha estado hablando mucho sobre él en clase, nos ha estado insistiendo en que es el único título internacional válido, etc. (ahí me veo yo misma en mi labor de difusión del DELE y he visto lo importante que es que el profesor lo "venda"), e incluso ha dedicado algunas clases a darnos todo el material para preparar la prueba, ha traído modelos y los hemos hecho (estrategia que me ha convencido a lanzarme al ver que no es tan complicado como yo esperaba y que creo que deberíamos aplicar con mayor frecuencia en nuestras clases), nos ha explicado las partes y lo que había que hacer,… Y algo que también ha contribuido a que me lanzara: los escasos 15 euros que vale el nivel 1. Estos chinos se las saben todas. Estoy convencida de que si valiera 50 o 100 hubiera pensado: “Lo dejo para otra ocasión, para cuando sepa un poquito más”. Sin embargo, ¿quién no se rinde al ver una cifra tan sumamente “ridícula” en comparación con las que se barajan en el mundo de la certificación de lenguas hoy en día? ¿Iba a dejar perder una oportunidad como esta? Pues no. La verdad es que no pierdo nada, sobre todo, ahora que lo tengo fresquito.
Así que allí estaré el próximo 21 de julio, entre papeles, caracteres, nervios y recuerdos de mis días haciendo exámenes DELE… ¡Qué extraño se me hará volver a la posición de candidata! A ver qué tal me va.
domingo, 19 de febrero de 2012
Shengri kuàilè - ¡Feliz cumpleaños!
Formas de entender los números
El chino, un idioma lógico (de momento ;-))
Los meses del año se construyen con el número + la palabra mes. Por ejemplo, enero se traduciría literalmente por “uno mes”, febrero por “dos mes”, marzo “tres mes”,… y así sucesivamente.
Lo mismo sucede con los días de la semana, que se construyen con la palabra día + el número que ocupa ese día en la semana. Así pues, lunes es "día uno", el martes "día dos", etc.
Reflexiones
A finales del trimestre pasado, llegué a replantearme si quería continuar o no estudiando chino. Llegué a estar tan desmotivada con las clases que realmente no me apetecía ir más. Sin embargo, no quería verme en la tesitura de tener que abandonar simplemente porque no me gustaran las clases, la profesora ni el horario (¡viernes de 18 a 21h resulta agotador después de toda la semana trabajando!). Me hace mucha ilusión aprender chino y abrirme al mundo asiático, y no estoy dispuesta a dejarlo tan fácilmente. Así que he decidido cambiar de rumbo e inscribirme en otra escuela. Ahora estoy en International House donde, si bien es cierto que las clases siguen sin ser lo comunicativas que a mí me gustaría, creo que todo se acerca más al concepto que yo tengo de clase.
Evidentemente, me he dado cuenta de que tengo que cambiar de expectativas, que no puedo obtener lo que yo quiero. Aceptar eso me ha ayudado muchísimo. Sin embargo, ha habido otros dos factores que creo que han contribuido: por una parte, que el horario no sea tan intensivo. Ahora voy dos veces por semana, una hora y media. De esta forma, puedo aprovechar al máximo la hora y media en la que estoy expuesta al chino y, en cierto modo, también me obligo mucho más durante la semana a estar en contacto con él. Tengo más deberes, practico mucho más,… Y parecerá una tontería, pero el sentarme cada día un ratito me ha hecho dar un salto impresionante. En menos tiempo del que me esperaba, me he puesto a leer textitos todos escritos en Hanzis, sin pinyin.
El otro factor que creo que ha contribuido a sentirme más contenta es el ambiente de clase. La profesora está mucho más centrada en la clase, prepara la sesión, sistematiza en la pizarra, y está mucho más pendiente de los estudiantes, de cómo nos sentimos, de qué echamos de menos en el aula,… Me gusta ver que puedo preguntar cuanto quiero y que da respuesta a mis necesidades. En la anterior escuela, no siempre era así. Además, y a pesar de que yo siempre había defendido lo contrario, el hecho de que seamos 5 en lugar de 12 o 13, creo que favorece definitivamente al aprendizaje. En el centro donde trabajo, siempre hemos defendido que trabajar en grupos de 14 o 15 (que es lo que tenemos ahora) era mucho más enriquecedor, pero empiezo a dudar de esta idea. Si bien es cierto que te da más posibilidades para hablar con compañeros diferentes, a todos nos gusta, cuando estamos aprendiendo a hablar en una lengua extranjera, que se nos monitorice, que se nos observe y que se nos dé retroalimentación. Evidentemente, esto se lleva a cabo mejor cuando el grupo es reducido que cuando el grupo es tan grande.